martes, 12 de abril de 2011

Budapest

Para llegar a Budapest volvimos de nuevo a Bratislava y luego cogimos un tren Bratislava - Budapest, tuvimos que esperar una hora hasta que saliera el tren, por lo que muchos decidieron comer algo en la estación donde habían unos puestos de bocadillos por 2€ que estaban muy bien. Gracias a aquel puesto casi acabamos en una cárcel eslovaca cuando Eli se acercó a por una botella de agua de la nevera y yo le dije que merecía más la pena comprarla en otro sitio (valía 5 céntimos menos), al final no la cogió pero la señora del puestito creía que si por lo que se la intento cobrar y no estábamos dispuestos a pagarla, se formó una pequeña rellerta en medio de la estación hasta que vino una persona que yo nunca había visto en mi vida y afirmó que yo le había comprado esa botella a ella (mentira), la había comprado en otro lugar, de todas formas señora, gracias por salvarnos de aquella situación estés donde estés.

Cuando llegamos a Budapest teníamos dos misiones claras, una encontrar el hostal y otra comer cuanto antes así que nos pusimos en marcha y tras preguntar innumerables veces un chico saco su flamante Iphone y nos hizo la ruta mediante GPS. Llegamos al hostal y desde los 3 primeros minutos ya nos estaban pidiendo por favor que no la liásemos y que nos quedásemos calladitos como niños buenos, dejamos las cosas, nos duchamos y nos fuimos a tomar una cerveza a un pub de música en directo, esperando que fuese la hora hasta ir al restaurante donde habíamos reservado mesa.


Llego la hora de comer y fuimos a un restaurante que nos habían recomendado y la verdad es que no se equivocaron, la cena salio a unos 8-10€ por cabeza con postre y bebida. 

Entre Eli y yo nos pedimos pato a la naranja y carne al no se qué.

 Ahí ya casi nos habíamos comido medio plato, pero la intención de la foto es lo que cuenta.

Después de cenar fuimos al hostal a hacer la mezcla alcohólica para irnos a beber a la calle, ya que en el hostal no nos dejaban ni murmurar, el chico que estaba en recepción nos miraba como si estuviésemos locos por beber y nos rogaba que no hicieramos ruido. Oriol, Luis, Pili, Eli y yo decidimos que la mejor forma para beber era irnos a un parque y ponernos a jugar a "¿quién adivina la película?, cuando nos dimos cuenta estábamos ya en nuestro punto y había que salir en busca de fiesta.

Fuimos a dos discotecas en toda la noche, no me acuerdo como se llama ninguna, en la primera solo recuerdo de tirarle a una chica la cerveza por encima y decirle que iba a la barra a comprarle una y salir de allí pitando.


En la segunda ya iba chillando ruedas, recuerdo que era una discoteca con un cuadrado en el centro y en los lados varias pistas conectadas entre sí a modo de bucle infinito, cuando salí de allí creía que tenía 15 partes diferentes pero no, solo eran 4. Había una chica que se iba a casar y nos dejaba ponerles mensajes personales en su cuerpo para celebrarlo, no tengo nada más que decir....


Ya yo no podía más así que me invente el camino de vuelta pero me salió bien, Eli y yo llegamos al hostal en total silencio, como en las películas de espionaje. No recuerdo cuando llegaron los demás ya que yo estaba durmiendo pero una cosa si teníamos clara, debíamos madrugar para dar una visita turística a la ciudad y por la tarde ir a las termas.

 Sinágoga
 Sauce llorón
Parlamento

Hacía tiempo que no nadaba ni me metía en una piscina, así que tenía muchas ganas de ir a las termas y estar calentito con el frío que hacía fuera, fueron una pasada. Había mucha gente y el ambiente era muy bueno, gente jugando al ajedrez en los bordes de las piscinas, competiciones de saunas, cuerpazos a tutiplen y una serie de detalles que hacía que ese lugar fuese algo más que una piscina de agua caliente.





Acabamos super cansados al salir de allí, hicimos un poco de turismo nocturno pero nos empezó a llover asi que fuimos a cenar al mismo restaurante del otro dia para terminar de probar los demás platos a los cuales el hambre no me dejo sacarles foto, ésta vez Luis no nos acompaño ya que volvía a tener que trabajar, desde ese día no ha vuelto a hacerlo, creo que lo echaron de la compañia. Después de cenar Pili, Beto, Oriol y yo nos dimos un paseo por el puente de las cadenas, de noche era una pasada, cuando íbamos a sacar la última foto lo apagaron y no nos quedo más remedio que volver a casa. 




Oriol y Luis emprendieron una marcha nocturna para poner de nuevo a prueba el método en el casino y esta vez que no fui,  fue la más fructífera al parecer, vinieron con unas sonrisas que daban envidia y durmieron como angelitos, volvíamos a confiar en el método y eso no podía ser muy bueno.

La mañana siguiente seguimos visitando la ciudad y fuimos al mercado de Budapest que era inmenso y como siempre digo, con verduras que no he visto en mi vida. Cada vez que voy a un mercado en algún lugar distinto veo verduras que no había visto jamás por eso nunca quito el ojo a los puestos que hay, siempre te encuentras alguna nueva que te puede sorprender. 

Almorzamos allí y salimos a dar un paseo, ya solo quedaban 2 horas para ir a coger el tren y no merecía la pena sacar dinero ya que la moneda no es el €, así que Luis Oriol y yo decidimos invertir en el casino y ganar, claro, lo justo para poder coger el autobús que nos llevaba a la estación de tren con destino a el aeropuerto donde cogimos el vuelo de vuelta a casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario