viernes, 15 de julio de 2011

C'est fini

Y así, es como terminan los retales de mi Erasmus, que sensación más extraña.....

martes, 5 de julio de 2011

Despedidas Erasmus

Que sensación más extraña despedirse de las personas con las que has compartido 1 año de emociones y experiencias. Las despedidas suelen ser menos emocionales de lo que lo son los minutos siguientes.

Piensas si todo eso de "nos volveremos a ver", "yo iré a tu casa", "tú irás a la mía" etc... se cumplirá o quedará en el olvido, temiendo que en un futuro las cosas cambien y te hagan olvidar lo que una vez fuiste.

Espero sinceramente volverme a encontrar con mi otra familia, la familia que ha compartido este año de Erasmus conmigo, que quede en el recuerdo todas esas veces que brindamos, reímos e incluso lloramos. Y cómo no! También espero que Bologna sepa cuidar el trocito de corazón que todos hemos dejado aquí.....

sábado, 28 de mayo de 2011

Este blog ya no es lo que era

Hace ya un tiempo que este blog no es ni la sombra de lo que fue al principio, cuando salía a escribir en mitad de piazza maggiore la inspiración llegaba con solo mirar alrededor. Desde que empecé a escribir dentro de casa, ese sitio lúgubre, oscuro y sin vida, solo deseaba acabar lo antes posible cada entrada, grosso error.

Hay muchos, millones, infinitas anécdotas que no están plasmadas aquí, sino en mi mente, dispuestas a ser contadas en una tarde de verano tomando una caña en alguna terraza.

Tengo que dar las gracias a toda esa gente que ha compartido y comparte el Erasmus conmigo, cada uno ha escrito un trocito del blog ya que sin ellos no hubiese existido ninguna de estas aventuras.

El tiempo pasará pero espero que siempre recordemos quienes fuimos y lo que compartimos ya que para mí por lo menos, será eterno.

Gracias a todos!!




P.D: Para nada ésto es una despedida, todavía queda mes y medio de Erasmus, tranquilos!!!

Evento Nazionale 2011

Espectacular, simplemente....

lunes, 9 de mayo de 2011

Rodas

Isla griega donde se encontraba hace muchos años el coloso de Rodas, una estatua gigante que representaba al dios griego Helio con una altura de unos 40 metros, impresionante si la hubiéramos podido ver, claro. Como ya no existe y no sabemos si realmente alguna vez existió, nos conformamos con las griegas que también eran dignas de hacerles una escultura.


Esta vez era el turno del equipo de los chicos para viajar, Beto, Fran, Luis, Carlos y yo, cinco busca vidas en una isla de la cual no conocíamos absolutamente nada, cuando digo nada es nada ya que yo me había olvidado el papel con la dirección del hostal y el Internet escaseaba.

Nos dimos un lujo y alquilamos un coche automático por 100€ los 4 días, así comenzamos nuestras andanzas por la isla, no antes sin pisar la gasolinera ya que nos lo habían dejado con el deposito vacío (ya nos vengaríamos dejándolo "casi casi" para arrastralo), la chica lo único que nos pidió fue un carnet de conducir y los 100 €, ni fianza, ni apuntó na de na, desde ese momento la esperanza de vida de el coche disminuyó considerablemente.

En general fue un viaje muy tranquilo, pudimos disfrutar bastante de las playas y dejar un poco de lado la locura Bolognesa, recorrimos la isla de cabo a rabo y comimos productos típicos de allí, bebimos cerveza, charlamos, nos unimos aún más de lo que ya estamos y lo que es más importante de todo, le gané a Luis en la competición por ver quien cocinaba una noche.

viernes, 22 de abril de 2011

Napoli

Esta vez simplemente nos tuvimos que apuntar a un viaje que ya estaba organizado por la "Eseg" una asociación de Erasmus en Bologna que suele realizar actividades para quien se quiera apuntar y conocer gente nueva, el destino era Nápoles una de las ciudades mafiosas de Italia, esperaba tiroteos, gente muerta en las aceras y que al bajar del autobús nos dieran una pistola a cada uno para defensa personal pero no fue así, lo único que se repartió allí fueron folletos con información y algún que otro relajante muscular para las 8 horas de trayecto en guagua que nos esperaba, mi cena había sido copiosa y las primeras horas lo pase un poco mal hasta que conseguí quedarme dormido, por suerte habíamos elegido los mejores sitios de la guagua (con mesa incluida).

Cuando llegamos a Nápoles la primera impresión fue de suciedad, basura amontonada por los lados de las calles consecuencia del mal uso o la falta de vertederos, supuestamente la mafia esta detrás de todo ésto. La imagen fue mejorando poco a poco después de dejar las cosas en el hostal y pasear a lo largo de la avenida donde podíamos ver como los pescadores llegaban a puerto y vendían allí toda su mercancía fresca, un lujo para cualquier paladar.


Seguimos caminando hasta llegar al Castel dell'ovo, un castillo donde cuenta la leyenda que existe un huevo mágico escondido en las fundaciones del castillo, sin este huevo mágico, la fortaleza se destruiría y ocurrirían catástrofes en Nápoles.



El hambre apretaba y fuimos a la Piazza Plebiscito donde está la Basílica de San Francisco de Paula, allí almorzamos y disfrutamos del espectáculo que nos brindo un señor con su bongó, intimidando a cualquiera que invitaba a bailar menos a unas Francesas que desde el principio se animaron y dieron mucho juego al viaje.



Ese hombre había estudiado marketing se olía desde lejos, consiguió que la mayoría le comprasemos una pulsera a cambio del buen rato que nos había hecho pasar, todos menos Luis claro, a el no le salía rentable. La cara de los demás pakistaníes era de foto, minutos antes habían estado rondado y nadie les hacía ningún caso, ahora seguramente se hallan apuntado todos a clases de bongó, la táctica de dar pena ya estaba muy vista.

Después de eso fuimos a otro castillo casi en el centro de Napoli donde tuvimos que esperar fuera durante dos horas para ahorrarnos 2,50 €, así somos los Erasmus. Nos querían hacer subir por las escaleras con la escusa de que el ascensor se trancaba, solo con gente joven al parecer, obviamente nos separamos del grupo respetuoso y los desgraciados subimos por el ascensor (Mamá, yo no quise, me obligaron). Desde el castillo se podía ver perfectamente el Vesuvio y toda Nápoles, tenia unas muy buenas vistas.


En la ciudad era todo muy caótico, tiendas en calles estrechas, coches, motos, niños con pelotas, gente con prisa, era absolutamente estresante hicimos un recorrido rápido por ella ya que se nos echaba el tiempo encima y debíamos coger el metro antes de que se nos caducara el ticket de hora y media.

Al llegar a metro ya era demasiado tarde, el ticket ya no valía, pero aún así nos adentramos con la esperanza de que el revisor no estuviera, incrédulos nosotros. Nos montamos alrededor de 70 en un vagón, solo teníamos que esperar 4 paradas para salir airosos de dicha misión, una pena que el revisor se subiera en la segunda. Cuando lo vimos empezó la avalancha de gente para un lado y otro del metro, 70 personas huyendo  del revisor como si nos estuviera persiguiendo Steven Seagal en "Alerta Máxima 2". Vagón por vagón avanzábamos e iban pasando las paradas hasta que ya fue irremediable, ya no teníamos escapatoria estábamos en el último vagón y el revisor también, se acercó a nosotros lentamente, se respiraba tensión en el ambiente hasta que sacó con una sonrisa y misteriosamente nos dejó pasar, creo que redactar 70 papelitos de multa no compensaba, lo habíamos conseguido.

Esa noche estábamos muy cansados, solo fuimos a cenar a contrarreloj una mini pizza que estaba incluida en el precio del viaje y luego al hostal a descansar ya que al día siguiente tocaba visitar el Vesubio y Pompeya, dos lugares unidos por una trágica historia que supongo que todos conoceréis.





Las visitas estuvieron muy bien y Pompeya era impresionante, el Vesubio no me impresionó tanto, en Gran Canaria también tenemos alguna que otra caldera pero sin olor a azufre. La vuelta a casa en autobús fue animada, contando chistes, cargándonoslos también, en fin, un trayecto donde predominó la gracia gaditana y los chistes malos de los canarios.

Por la noche tocaba sangría, más de 60 litros para meter en vena todo el alcohol (y el azúcar) que nos había faltado esos días, vaso va , vaso viene, se empezó a notar los efectos y algún "gracioso" no se le ocurrió otra cosa que vaciar un extintor en mitad de nuestra planta. Los claros sospechosos eramos 7, no sabemos aún por que pero todos los monitores italianos nos acusaban entre broma y broma para intentar sacarnos información. Juzguen ustedes.


Uno de los presentes en la foto sucumbió al poder del alcohol, ya le habían dicho que un gran poder conlleva una gran responsabilidad y cuando se puso su careta de Spiderman, se transformó pero esta vez no en un superheroe sino en un borracho que fue llevado a su habitación arrastrando de los pies. Quiero que os imaginéis la escena, un tío o mejor dicho un cuerpo, siendo arrastrado por todo un pasillo de las piernas con una careta de Spiderman puesta. Habíamos subestimado el poder de la sangría.

La mañana siguiente con la resaca encima marchamos dirección a Capri, una hermosa isla situada en el mar Tirreno en el sur del golfo de Nápoles, caminamos durante horas y visitamos playas, hacía tiempo que no nadaba en el mar, por lo que me hizo mucha ilusión.





Hicimos una excursión en barco realmente impresionante, donde rodeábamos la isla y descubríamos unos parajes realmente maravillosos.



Regresamos a Napoli anocheciendo, suerte que habíamos comprado Vodka para la noche, por culpa de el extintor habían cancelado una fiesta con Dj que pretendían realizar dentro del hostal así que lo único que podíamos hacer era beber y jugar al futbolín, beberse 1 de Absolut y 2 de Nisu nos iba a pasar factura, vaya que si, pero era la última noche y había que disfrutarla.

A la mañana siguiente vómito y puesta en marcha, nos tocaba un paseo en guagua de una hora y media hasta llegar a unos jardines y luego volver a Bologna es decir, 8 horas en autobús. Con la resaca que yo llevaba era la peor pesadilla posible, solamente con estar quieto ya me mareaba, al llegar a los jardines iba medio muerto,    me intentaba concentrar para no vomitar y que se me pasara el mal estar, gracias a dios que tras almorzar la cosa fue a mejor.

Era la hora de volver a casa, montarme en el autobús ya me producía arcadas, el "chófer" me dio un respiro cuando se chocó contra un pilar del aparcamiento, esos minutos salvaron mi vida,  me recompuse poco a poco y conseguí relajarme y dormirme hasta llegar a Bologna.



martes, 12 de abril de 2011

Budapest

Para llegar a Budapest volvimos de nuevo a Bratislava y luego cogimos un tren Bratislava - Budapest, tuvimos que esperar una hora hasta que saliera el tren, por lo que muchos decidieron comer algo en la estación donde habían unos puestos de bocadillos por 2€ que estaban muy bien. Gracias a aquel puesto casi acabamos en una cárcel eslovaca cuando Eli se acercó a por una botella de agua de la nevera y yo le dije que merecía más la pena comprarla en otro sitio (valía 5 céntimos menos), al final no la cogió pero la señora del puestito creía que si por lo que se la intento cobrar y no estábamos dispuestos a pagarla, se formó una pequeña rellerta en medio de la estación hasta que vino una persona que yo nunca había visto en mi vida y afirmó que yo le había comprado esa botella a ella (mentira), la había comprado en otro lugar, de todas formas señora, gracias por salvarnos de aquella situación estés donde estés.

Cuando llegamos a Budapest teníamos dos misiones claras, una encontrar el hostal y otra comer cuanto antes así que nos pusimos en marcha y tras preguntar innumerables veces un chico saco su flamante Iphone y nos hizo la ruta mediante GPS. Llegamos al hostal y desde los 3 primeros minutos ya nos estaban pidiendo por favor que no la liásemos y que nos quedásemos calladitos como niños buenos, dejamos las cosas, nos duchamos y nos fuimos a tomar una cerveza a un pub de música en directo, esperando que fuese la hora hasta ir al restaurante donde habíamos reservado mesa.


Llego la hora de comer y fuimos a un restaurante que nos habían recomendado y la verdad es que no se equivocaron, la cena salio a unos 8-10€ por cabeza con postre y bebida. 

Entre Eli y yo nos pedimos pato a la naranja y carne al no se qué.

 Ahí ya casi nos habíamos comido medio plato, pero la intención de la foto es lo que cuenta.

Después de cenar fuimos al hostal a hacer la mezcla alcohólica para irnos a beber a la calle, ya que en el hostal no nos dejaban ni murmurar, el chico que estaba en recepción nos miraba como si estuviésemos locos por beber y nos rogaba que no hicieramos ruido. Oriol, Luis, Pili, Eli y yo decidimos que la mejor forma para beber era irnos a un parque y ponernos a jugar a "¿quién adivina la película?, cuando nos dimos cuenta estábamos ya en nuestro punto y había que salir en busca de fiesta.

Fuimos a dos discotecas en toda la noche, no me acuerdo como se llama ninguna, en la primera solo recuerdo de tirarle a una chica la cerveza por encima y decirle que iba a la barra a comprarle una y salir de allí pitando.


En la segunda ya iba chillando ruedas, recuerdo que era una discoteca con un cuadrado en el centro y en los lados varias pistas conectadas entre sí a modo de bucle infinito, cuando salí de allí creía que tenía 15 partes diferentes pero no, solo eran 4. Había una chica que se iba a casar y nos dejaba ponerles mensajes personales en su cuerpo para celebrarlo, no tengo nada más que decir....


Ya yo no podía más así que me invente el camino de vuelta pero me salió bien, Eli y yo llegamos al hostal en total silencio, como en las películas de espionaje. No recuerdo cuando llegaron los demás ya que yo estaba durmiendo pero una cosa si teníamos clara, debíamos madrugar para dar una visita turística a la ciudad y por la tarde ir a las termas.

 Sinágoga
 Sauce llorón
Parlamento

Hacía tiempo que no nadaba ni me metía en una piscina, así que tenía muchas ganas de ir a las termas y estar calentito con el frío que hacía fuera, fueron una pasada. Había mucha gente y el ambiente era muy bueno, gente jugando al ajedrez en los bordes de las piscinas, competiciones de saunas, cuerpazos a tutiplen y una serie de detalles que hacía que ese lugar fuese algo más que una piscina de agua caliente.





Acabamos super cansados al salir de allí, hicimos un poco de turismo nocturno pero nos empezó a llover asi que fuimos a cenar al mismo restaurante del otro dia para terminar de probar los demás platos a los cuales el hambre no me dejo sacarles foto, ésta vez Luis no nos acompaño ya que volvía a tener que trabajar, desde ese día no ha vuelto a hacerlo, creo que lo echaron de la compañia. Después de cenar Pili, Beto, Oriol y yo nos dimos un paseo por el puente de las cadenas, de noche era una pasada, cuando íbamos a sacar la última foto lo apagaron y no nos quedo más remedio que volver a casa. 




Oriol y Luis emprendieron una marcha nocturna para poner de nuevo a prueba el método en el casino y esta vez que no fui,  fue la más fructífera al parecer, vinieron con unas sonrisas que daban envidia y durmieron como angelitos, volvíamos a confiar en el método y eso no podía ser muy bueno.

La mañana siguiente seguimos visitando la ciudad y fuimos al mercado de Budapest que era inmenso y como siempre digo, con verduras que no he visto en mi vida. Cada vez que voy a un mercado en algún lugar distinto veo verduras que no había visto jamás por eso nunca quito el ojo a los puestos que hay, siempre te encuentras alguna nueva que te puede sorprender. 

Almorzamos allí y salimos a dar un paseo, ya solo quedaban 2 horas para ir a coger el tren y no merecía la pena sacar dinero ya que la moneda no es el €, así que Luis Oriol y yo decidimos invertir en el casino y ganar, claro, lo justo para poder coger el autobús que nos llevaba a la estación de tren con destino a el aeropuerto donde cogimos el vuelo de vuelta a casa.